domingo, 13 de agosto de 2017

Egica sucede a Ervigio en la corte de Toledo

El rey Ervigio, con el fin de evitar represalias para con su familia, casó, en algún momento de su reinado,​ a su hija Cixilo con Égica; un magnate pariente de Wamba y que encabezaba un clan nobiliario hostil.​ En 687 Ervigio, sintiéndose mortalmente enfermo, proclamó a Égica como su sucesor el 14 de noviembre y el 15 recibió la penitencia, y desligó de su obediencia a los magnates para que fueran a acompañar al nuevo rey a Toledo.​ El 24 de noviembre fue ungido en la iglesia de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo en Toledo.​

El nuevo rey trató de debilitar la posición de su familia política para impedir que se presentaran como sus rivales.​ Pero además quería atraerse al sector de la nobleza que había sido combatido por Ervigio y para ello debía devolverles las propiedades que les había confiscado Ervigio y repartido a sus hijos.​ El 11 de mayo de 688 el rey inauguró el XV Concilio de Toledo para liberarse del juramento que había hecho a Ervigio de proteger a la familia real. El rey presentó a los obispos la disyuntiva entre el juramento prestado a Ervigio de proteger a la familia de Ervigio y el juramento que había tenido que hacer a Ervigio antes de ser rey relativo a prestar justicia al pueblo. Égica planteaba que ambos juramentos eran incompatibles, y esto suponía que Ervigio había condenado injustamente a personas y les había arrebatado bienes para otorgárselos a su propia familia, pero revertir tales injusticias suponía perjudicar a la familia de Ervigio, por ello planteaba ser liberado de alguno.​ Además les planteó revocar las medidas acordadas en el XIII Concilio de Toledo acerca de la protección de la familia de Ervigio.

En el XV Concilio Égica no tuvo el éxito esperado para perjudicar a la familia de su mujer, pues aunque los obispos juzgaron que el interés público estaba por encima del de una familia, esto no implicaba que la familia del rey precedente debía quedar desprotegida.​ Respecto de la revocación de la protección de la familia de Ervigio aprobada en el XIII Concilio, los obispos indicaron que tal protección no podía impedir que se hiciera justicia si hubiera culpabilidad en delitos.​ En relación con esto, la versión Rotense de la Crónica de Alfonso III indica que Égica, a instancias del antiguo rey Wamba, pariente suyo, repudió a su esposa Cixilo, sin embargo, esto habría significado que era adúltera, una acusación que se consideraba tan grave que no tiene sentido que en el XVII Concilio de Toledo de 694 se hiciera mención a la reina de una forma tan honrosa, con lo que tal afirmación debe ser considerado como una forma de vincular a su hijo Witiza con la familia Ervigio y así con el declive del reino.​

Égica esperó la muerte del metropolitano de Toledo, Julián II, para continuar perjudicando a la familia de Ervigio, y en el III Concilio provincial de la Tarraconense celebrado en Zaragoza en noviembre de 691, la viuda de Ervigio fue recluida en un convento, lo que revocaba parcialmente lo acordado en el XIII Concilio, en el que se prohibía a la reina viuda el casarse en segundas nupcias pero le garantizaba no ser obligada a ingresar en la vida monástica.​ De este modo el monarca reinante se aseguraba la estabilidad del poder al impedir el engrandecimiento de otra facción nobiliaria en caso que la reina viuda pudiera casarse de nuevo.​

Las medidas contra la familia de Ervigio le pudo acarrear el enfrentamiento con un sector poderoso de la nobleza y el clero. Fue en este contexto cuando Égica tuvo que enfrentarse a una conspiración para reemplazarle en el trono y asesinarle.14​ Se ha conservado una moneda a nombre de Suniefredo que muestra que los conspiradores tuvieron el control de Toledo durante un tiempo. En mayo de 693 el rey convocó el XVI Concilio de Toledo para sancionar las medidas contra el metropolitano de Toledo, Sisberto, —que habría ungido rey a Suniefredo en Toledo—, puesto que su destitución debía ser sancionada por un procedimiento canónico.​ Por las actas de los firmantes al Concilio se pone de manifiesto la renovación del personal palatino a raíz de la conspiración.​ Entre los conspiradores aparecieron parientes del rey Ervigio​ como la reina Liuvigoto, pero parece que esto fue una artimaña de Égica para liquidar a la familia de Ervigio;​ aunque por otro lado E. A. Thompson indica todo lo contrario, que la conspiración iba encaminada también contra la reina Liuvigoto.​


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