jueves, 14 de abril de 2016

Visigodos en la feria del libro de Toledo

El próximo viernes 22 Ediciones Covarrubias, Eroski y Cityplan organizan una "Feria del Libro" en el centro comercial Luz de Tajo. Allí estarán varios autores toledanos para firmar ejemplares, charlar y disfrutar de una tarde magnífica.
Los visitantes podrán disfrutar de la asistencia de varios grupos de recreación histórica que amenizaran la tarde mostrando con sus ropas como eran aquella Hispania bajo el reinado de los pueblos del norte, en este caso visigodos entre los siglos V y VII.
Si queréis pasar un rato muy godo y muy toledano, ya sabéis... El esplendor del Reino Visigodo de Toledo y muchas más cosas os esperan


martes, 12 de abril de 2016

Principales necrópolis visigodas en su área de asentamiento tras la derrota de Voullie principios del siglo VI

(..) A nuestro juicio resulta del todo indiscutible que los ajuares de tipo danubiano documentados en un buen número de necrópolis castellanas indican una presencia real de población inmigrante de tipo germánico (y gentes asociadas, o mejor dicho, en una parte muy localizadas de ella como es la meseta central. (..) En efecto, existe toda una serie de elementos de adorno personal cuya derivación directa de prototipos provinciales hispanos es altamente improbable, y que además tiene su paralelo en yacimientos semejantes del área danubiana, gala, y ostrogoda.


Debe resaltarse el contraste que supone la aparición de ajuares germanos orientales dentro de un área muy determinada del centro de la península,- restringida de hecho a las provincias de Madrid, Toledo, Segovia, Guadalajara, Zaragoza, Palencia, Soria y norte de Caceres. Los hallazgos arqueológicos demuestran que el impacto mayor de este asentamiento parece haberse dado en la zona central de la meseta castellana, en las actuales provincias de Madrid, Segovia, y Toledo. (..) 

La presencia germánica en Hispania en el siglo V – Jorge López Quiroga

Influencia romana en los vandalos hasdingos

(..) Es conocido el caso de la estirpe hasdinga de los vándalos que habían servido en el ejercito romano formando parte de lo que se conoce como el ala octava vandalorum, según nos refiere la Notitia Dignitatum (ND Or., 28.25). Tanto en uno como en otro caso estos individuos, además de elementos de vestimenta típicamente romana, portarían igualmente una parafernalia germánica. Sabemos, además, que muchos de estos bárbaros enrolados en el ejército romano y que fueron activos en la Galia y en Hispania procedían de la cuenca media del Danubio, y que son, en este sentido, portadores de lo que se ha denominado, con gran acierto en nuestra opinión, como “moda danubiana” (Kazanski 1989, 59,73; 1997, 286-287). 
Sabemos por ejemplo, que entre el 332 y 337, un número indeterminado de Vándalos de estirpe hasdinga derrotados por Genserico penetraron en las dos Panonias para servir como auxiliares de las tropas de Constantino (javer Pampliega 1998, 202 – Los germanos en España -.
Estos mismos grupos de vándalos habrían entrado allí en contacto con grupos de marcomanos y cuados (integrados en el conjunto popular suevo que llegó a Hispania) en el siglo IV. Mostrando los restos arqueológicos de estos conjuntos de gentes muy “vandalizados”, una profunda aristocratización visible en sus ricas tumbas principescas. (..) 


La presencia germánica en Hispania en el siglo V – Jorge López Quiroga


Espathas visigodas de la necropolis de Castiltierra


Hebilla vandala del siglo V


Ejemplo de fíbulas visigodas del siglo VI


Alarico, rey de todos los godos

Alarico II. Del gótico *Allareiks, "rey de todos"


Villa goda en Polonia del siglo IV

El grupo de recreación histórica polaco Vicus Ultimos, da vida a una aldea goda con influencia tardo romana durante el siglo IV





El misterio Gético-Godo según el rumano hispano Busuioceanu

Alejandro Busuioceanu (1896-1961) fue uno de esos muchos rumanos que el triunfo del comunismo en su nación condenó al exilio tras la II Guerra Mundial. Busuioceanu se instaló en España. Había estudiado en Viena y tenía, desde joven, la aspiración de "huir a España y que nos pierdan la pista". Aunque nacido en Rumanía, tuvo un abuelo, Grigore Bossueceanu, que había visitado España en la década de los 60 del siglo XIX, inspirándose en Granada y el Guadalquivir para componer sus poemas. Este abuelo le inculcó a Alexandru un temprano amor por España, a la Giralda y al Albaicín.

Alexandru llegó a Madrid en 1942 en calidad de consejero cultural y profesor de lengua y literatura rumana. Su labor fue magnífica en orden a favorecer unas fluidas relaciones bilaterales en el orden cultural y artístico entre Rumanía y España. Fue Busuioceanu quien organizó y dirigió el Instituto Cultural Rumano en Madrid, inaugurado el 17 de diciembre de 1942, que reuniría a la intelectualidad española (a la cabeza de los nuestros Eugenio d'Ors) y a la rumana (Mircea Eliade entre otros muchos) en Madrid; y cuyo carácter el mismo Busuioceanu sintetizaba con estas palabras: "Un Instituto de Cultura, de esta clase, es decir, consagrado a la enseñanza y organización de relaciones intelectuales y artísticas, es una institución de acercamiento, que se funda en un elemento de simpatía y un deseo sincero, en una necesidad de conocimiento recíproco".

Pero, además de diplomático, profesor, crítico de arte y poeta, Alexandru Busuioceanu estaba interesado en la figura del mítico Zalmoxis, parece que por influencia de su maestro el arqueólogo y epigrafista Vasile Pârvan (1882-1927). No era Busuioceanu el único rumano interesado en esta enigmática figura de la que ya nos habla Heródoto. Mircea Eliade había fundado una revista en 1938 con la cabecera de "Zalmoxis. Revue des études religieuses" que dirigía en París. La inquietud por el misterio gético no desaparecería en Busuioceanu una vez en Madrid.

Vintila Horia nos revela que Busuioceanu se dedicaba en España a seguir los rastros de Zalmoxis: "Sus muchas lecturas le habían llevado a descubrir los restos de la influencia de los dacios en España, a través de los visigodos, que habían permanecido en nuestro país [Rumanía] durante más de un siglo y medio, antes de invadir el Occidente y venir a establecerse en Iberia. Ellos transportaron así los mitos y las costumbres de los dacios-, el culto de Zalmoxis, la historia de Deceneo, el símbolo del yugo y las flechas que, más tarde, en tiempos de Isabel la Católica, fue integrado por Nebrija en el escudo de España-. Para darse a sí mismos una ascendencia importante, los visigodos pretendían ser descendientes de los getas (godos-getas)".

Estas tradiciones ancestrales habían venido a España de la mano de los visigodos, como indica Horia. Y estos las habían recibido sobre todo del libro "De origine actibusque Getarum" de Jordanes (siglo VI). Busuioceanu, estando en España y allá por el año 1945, se dedicó al estudio de las crónicas medievales hispánicas. Es entonces cuando halla, en San Isidoro de Sevilla, en Rodrigo Jiménez de Rada y en Alfonso X el Sabio, el tema al que se dedicará: el estudio del trasvase de los elementos dacios a Hispania, hasta reconocer el origen dacio y gético en los símbolos heráldicos de los Reyes Católicos: yugo, flechas y nudo gordiano cortado. Esto implicaba, según Busuioceanu, que los dacios no habían desaparecido del todo, sino que los godos habían injertado la semilla dácica en España, reapareciendo como fundadores del estado español. Lo cual guarda una cierta analogía con el mito de Zalmoxis, del que, por medio de Heródoto, sabemos que predicó a los tracios una vida feliz más allá de la muerte y se cuenta que, para demostrárselo a sus seguidores, el mismo Zalmoxis desapareció por tres años, habiéndose ocultado en una cámara subterránea: lo dieron por muerto y lo lloraron y a los tres años después reapareció. La raza dacia-gética-goda habría consumado así, a escala colectiva, un retorno de la muerte a la vida, justamente en España.

"El mito dacio" y "La utopía gética" serían los ensayos dedicados por Busuioceanu a estas cuestiones.

¿Por qué las flechas de los Reyes Católicos pueden tener una remota reminiscencia dácica, tal y como sostenía Busuioceanu?

No hemos podido acceder todavía a estos dos ensayos, pero suponemos que ello se debe a la estrecha relación que tenía la flecha con los antiguos moradores de la actual Rumanía. Para los escitas la flecha desempeña un papel importante tanto en su mitología como en su religión, y también consta la importancia que la flecha tiene en ciertas ceremonias chamánicas de Siberia. El hiperbóreo Abaris, según Heródoto "paseó por toda la tierra su famosa flecha sin tomar alimento alguno". El mismo Heródoto menciona que los tracios lanzaban flechas cuando tronaba y relampagueaba, para responder bravamente a las fuerzas demoníacas que suponían ellos que lanzaban los rayos.

Por conducto godo, bien pudieron pasar aquellas armas míticas a formar parte de nuestra heráldica nacional como símbolos compartidos por rumanos y españoles. Pero las relaciones entre Rumanía y España podrían ser mucho más remotas. Repárese en la coincidencia de algunos topónimos españoles con los Cárpatos. Incluso el etnónimo de los carpetanos muestra la misma raíz que hallamos en topónimos como Carpio (La Coruña), El Carpito (Valladolid), El Carpio (Córdoba), Carpio de Asaba (Salamanca), El Carpio de Tajo (Toledo), Carpio Medianero (Ávila). Carpero (León), Carpesa (Valencia), Carpienzo (Asturias), Carpizos (Lugo), Coll de Carpis (Barcelona), Carpidé (Lérida)... Parece que la raíz que comparten estos casos es la misma que la que ostenta el orónimo de los Cárpatos: la "kar" que significaría piedra, roca, monte, dureza.

Las contribuciones de Alexandru Busuioceanu a los distintos campos culturales en que destacó merecen ser reivindicadas en pro de las mejores relaciones entre Rumanía y España.

Alexandru Busuioceanu falleció en Madrid, dicen que en extrañas circunstancias que no hemos investigado.

BIBLIOGRAFÍA

Anghelescu, Mircea, "Alexandu Busuioceanu en España: poeta y profesor"
Dogaru, Irina, "El destino de Alejandro Busuioceanu, un rumano universal".
Horia, Vintila, "Diario de un campesino del Danubio".


Las Sippen, clanes emparentados por la comunidad de la sangre

(..) Las Sippen era el conglomerado de clanes emparentados o parentelas, de la posible raíz indoeuropea *swebh que incorpora el pronombre reflexivo *se que significa del mismo género o de la misma especie. (..)


El anillo rúnico de Pietroassa... Odal, magia y la gran aventura de los godos.

En el centro de la foto se encuentra el anillo de oro de Pietroassa. Fue encontrado en Rumanía en 1837 con numerosos utensilios de oro, el todo formaba un tesoro de oro de 20kg. Este tesoro fue fechado entre el año 250 y el 400 de nuestra era y perteneciente al pueblo germánico de los Godos. La datación confirmó que este tesoro fue testigo directo de la "Völkerwanderung" o migración de los pueblos, que solemos llamar invasiones bárbaras. El tesoro de Rumanía había pertenecido a los Godos cuando estaban en plena migración hacia el Sur de Europa. Los Godos eran oriundos de la isla escandinava de Gotland y conocieron a lo largo de los siglos unas impresionantes migraciones a través de toda Europa. Del Norte europeo pasando por los Balcanes y las estepas de la actual Rusia, Italia y el Sur de Francia, hasta lo más profundo de España, los Godos han dejado innumerables huellas en la historia. Es un momento dramático en Europa, tanto para los invasores germanos como para los autóctonos invadidos. Los Germanos se han visto obligados a dejar sus patrias originales en busca de nuevas tierras donde rehacer sus vidas, las razones de estas migraciones masivas eran a menudo terribles hambrunas, guerras, o sobrepoblación y a veces las tres cosas a la vez. Los dramas que han generado estos movimientos masivos han aportado también fantásticas gestas heroicas, altos hechos de armas que han dejado una huella permanente en la historia de esta Europa en plena mutación, una época que reencuentra los valores arquetipicos heredados de los Indoeuropeos. La obra “Historia de los Godos” escrita por Jordanés en el 550 de nuestra era es una ineludible referencia para mejor entender algunos aspectos de la historia de este pueblo germánico.
El tesoro de los Godos, que estudiamos aquí, fue seguramente un botín obtenido a lo largo de las numerosas guerras que hicieron los Germanos. Los especialistas piensan que podría tratarse de un botín tomado a los Romanos en sus provincias de Tracia. Los Godos estaban en aquella época en conflicto casi constante con los Romanos, sobre todo en las fronteras orientales del imperio de estos. Los Romanos prometieron varias veces a los Godos dejarles tierras para que pudieran instalarse, estas promesas nunca fueron cumplidas y la traición fue la táctica romana contra los Godos. Todo esto engendró conflictos sin fin entre Romanos y Godos, lo que acabó con la caída definitiva de Roma y la entrada de los Godos en la ciudad eterna. Tras la victoria de los Germanos sobre Roma, los Godos hubiesen podido instalarse de forma durable, pero nada de eso fue, y continuaron su periplo hacia otras tierras. Roma, en cambio, nunca se recuperó, así que de esta forma murió una civilización que tantos siglos había durado en la historia.
Pero volvamos a nuestro tesoro de Rumania. Los arqueólogos se han preguntado por qué este oro había sido depositado por los Godos en este lugar. Ninguna respuesta definitiva existe, por falta de pruebas, pero muchos indicios dan a pensar que podríamos estar antes una ofrenda a los Dioses. El oro habría sido sacrificado al Dios tutelar Godo llamado Gautr, que es el nombre gótico de Wōdanaz (Óðin). Los arqueólogos como Odobescu (1889) y Giurascu (1976) piensan que este tesoro pudo pertenecer al rey pagano Godo Athanaric y que fue obtenido tras pasar un acuerdo pasajero con los Romanos. ¿Pero que nos permite decir que perteneció a los Godos? Pues es nuestro anillo en cuestión que nos da la respuesta, ya que su inscripción rúnica está en lengua gótica. Además el uso mágico de la runa Othala (Oþal) nos confirma que estamos frente a una inscripción pagana. Veamos lo que dice esta inscripción.
Transcripción:gutaniowi hailagLectura corregida: Gutani O wi hailag
Traducción: 
De los Godos el Oþal consagrado.
De los Godos el Oþal santuario sagrado.
Hathuwolf Harson
Traducción: Daniel Gonnard

gutanī ō[þal] wī[h] hailag
Esta inscripción podría leerse de la siguiente manera: La herencia sacrosanta de los Godos. Ya que como lo hemos visto para el simbolismo de la runa Oðal (ver enlace en francés al final) uno de sus sentidos ocultos es el de la « propiedad heredada ». ¿Qué hay de mágico en esta runa Oðal? Pues que en este contexto ha sido empleada por su valor simbólico y no por su fonética, es lo que hace toda la diferencia. El que grabó estas runas conocía bien sus usos, esta inscripción lo demuestra. El valor oculto de esta runa demuestra que el autor buscaba no solo identificar como dueño a los Godos, sino también a ligarla de forma ritual, a su pueblo a través de un lazo mágico.


Derrota del rey suevo Hemerigario en la Betica. Año 429


Tipologia de las espadas utilizadas por los germanos desde el siglo V hasta el VII


Distribución de las provincias romanas entre los germanos del siglo V

Como ya es sabido, en el 409 llegan los pueblos germánicos a la peninsula iberica. Los suevos eran los menos numerosos, aproximadamente unos 20.000 según Javier Pampliega en su libro La hispania de los germanos. El mismo autor establece aproximadamente en unos 80.000 los vándalos, basándose en datos de Hidacio cuando estos atraviesan el estrecho de Gibraltar rumbo a las costas africanas, y en unos 120.000 los visigodos. Quienes llegan como federados del imperio para detener el avance de los otros germanos.
Vandalos Silingos se establecen en la Baetica, los asdingos en Gallaecia... en una zona no determinada entre León y los montes de Asturias. Los alanos ocupan la Cartaginensis y Lusitania. No se conoce el numero de alanos que llegaron a la península, pero se supone que no sería equiparable al terreno que ocuparon. Una teoría apunta la posibilidad de su extenso territorio, el mas grande de entre los bárbaros hispanos. Por su costumbre de montar a caballo, lo cual les haría ser terriblemente efectivos a la hora de movilizarse por las planicies de las mesetas. Los alanos parece que no quisieron vivir en grandes ciudades romanas, y continuaron viviendo hasta que fueron vencidos por los godos, uniéndose tras ello a los vándalos, en campamentos nómadas montados en campos, montes y bosques.
La Tarraconensis, especialmente en su vertiente mediterránea, siguió siendo básicamente romana, de ahí que los bárbaros no ocuparan esa región, y de ahí que salieran precisamente de la Tarraconensis, las legiones en ayuda a los suevos cuando los vándalos planeaban una guerra contra ellos para apoderarse de sus tierras. 

Fibulas discoidales visigodas de la necrópolis de Duratón


Representación de mujer visigoda


Suevo de finales del siglo I hasta mediados del siglo II

Una aproximación a un guerrero suevo de finales del siglo I hasta mediados del siglo II, coincidiendo aproximadamente con el texto de Cornelio Tacito, la Germánia. No obstante los guerreros que llegaron al noroeste de España ocupando la provincia romana de Gallaecia a la cual terminaron por hacer reino. No mantendrían ya su peinado tradicional, siendo posiblemente mucho mas parecidos a los romanos propios de la tardo antiguedad. No hemos de pensar por tanto, que los suevos de Gallaecia vestían como en de la figura, aunque seguramente sus mas remotos antepasados en la Germania, si.