viernes, 25 de agosto de 2017

¿Fue La Carisa la roca de Pelayo? por José A. Ordónez

¿Lideró Pelayo en La Carisa una primera acción defensiva de los cristianos del Norte contra la invasión musulmana previa a la batalla de Covadonga? Pruebas concretas no hay ninguna, pero cada vez cobra mayor verosimilitud que las murallas del Homón de Faro correspondan a esa «roca de Pelayo» que, según las crónicas árabes, alcanzaron las tropas de Muza en una campaña desarrollada entre 712 y 714, es decir, de seis a ocho años antes del mítico choque de Covadonga

Historiadores musulmanes de todo crédito señalan que, en aquella campaña, Muza y sus hombres llegaron la «roca de Pelayo», un lugar elevado, bien defendido y cercano al mar, donde destruyeron y quemaron todos los signos cristianos. El Homón de Faro, en La Carisa, es un lugar elevado y bien defendido, desde el que se ve el mar y que, para el que llegara a la región desde la Meseta, no dejaría de estar próximo al Océano. ¿Es este el emplazamiento reseñado? ¿Fue Pelayo, ya entonces, quien lideró esta oposición al invasor? «Por ahora la historia no tiene respuestas, pero lo que está claro es que se han abierto estos y otros interrogantes que, quizás, serán resueltos en el futuro». Lo dice Jorge Camino, director de las excavaciones arqueológicas de La Carisa sólo unos días después de la finalización del congreso internacional en el que se abordó la relación de las murallas defensivas localizadas en el Homón de Faro y en la vía de La Mesa con los orígenes de la Monarquía asturiana. La cita arrojó varias conclusiones interesantes y, además, según Camino, «ha permitido que tomara cuerpo la teoría de que la acción de Covadonga y la creación del Reino de Asturias pudieron cimentarse en una base ideológica de amplia cobertura social y territorial, que poco años antes ya había expresado uno de los principales rechazos a la conquista islámica en plena Cordillera, tanto en La Mesa como en La Carisa, como ya sucediera sietes siglos antes con la invasión romana». 

La versión más aceptada en el congreso es que las murallas de La Carisa y de La Mesa hicieron frente a la invasión islámica y que en ellas puede estar inscrita una interpretación del origen de la Monarquía asturiana unida a la Visigoda. En este sentido, Camino señala que «con independencia de que los defensores de esas plazas fuertes fueran astures, lo cierto es que, a la larga, se trataría, en cierto modo, de los últimos defensores del reino visigodo, al menos de la facción rodriguista gobernante». Es decir, que, a juicio de los expertos, si Pelayo estuvo realmente en la Cordillera representaría a esta tendencia oficial, con lo que ganaría enteros la teoría que liga el nacimiento del Reino de Asturias con una continuidad del de Toledo. En definitiva, apunta Camino, que «esas murallas pueden representar el enlace entre dos grandes episodios: la caída de la monarquía visigoda y la creación de la de Asturias». Es más, el arqueólogo defiende que «si se demuestra la contemporaneidad de otras defensas similares en la vía cántabra del Escudo podría justificarse un frente de mucha mayor envergadura y, lo que sería aún más importante, la unión entre los hijos de Pelayo y de Pedro, duque de Cantabria, para la expansión del reino». En este sentido, el arqueólogo añade que «ambos formarían parte del bando rodriguista y se unirían en una alianza fundamental para el proyecto de la Reconquista». 

Aunque el objetivo inicial en La Carisa del equipo arqueológico integrado por Jorge Camino, Yolanda Viniegra y Rogelio Estrada estaba centrado en conocer un campamento romano que fue parte fundamental en la conquista de Asturias efectuada por las legiones de Publio Carisio, una sorprendente paradoja arqueológica causada por el descubrimiento de las fortificaciones ástures del Homón de Faro, a las que se agregaron las de El Muro en la vía romana de La Mesa, provoca que las investigaciones se vean inmersas en la etapa que precede al nacimiento del Reino de Asturias

Lo cierto es que las hipótesis que asocia estas defensas con la invasión musulmana es la que menos obstáculos ofrece. Se trata de un acontecimiento militar de sobrada entidad que permite explicar una respuesta como la realizada en el corazón de la Cordillera. Las expediciones agarenas por todo el solar visigodo eran una consecuencia de la coyuntura de guerra civil que enfrentó a las facciones de Vitiza y de Rodrigo por el dominio del reino. Desmoronado el núcleo del ejército en Guadalete, la capacidad de resistencia quedó fiada a cada territorio. La contundencia bélica de las tropas musulmanas -beréberes en su mayor parte- facilitó un clima de pactos que hizo caer en cadena la autonomía defensiva de las demás zonas. Las crónicas insisten en la huida a las montañas norteñas de numerosa población, entre la que se encontrarían remanentes del ejército y del aparato cortesano. 

En este escenario, Camino apunta que «si las expediciones tardaron un par de años en alcanzar las tierras asturianas, hubo tiempo real para materializar un plan defensivo como el de El Homón de Faro y El Muro». Es más, de acuerdo a su versión, las élites locales habrían adoptado la bandera rodriguista, quizá con el concurso de grupos de refugiados, y trataron de hacer frente a las correrías musulmanas en las vías de La Carisa y La Mesa, probablemente con Pelayo ya al frente de las huestes.


Articulo escrito por José A Ordoñez - ¿Fue La Carisa la roca de Pelayo? para Lns.es cuencas publicación digital, espacil cultural

martes, 22 de agosto de 2017

Incursiones marítimas germánas a Hispania anteriores a la era Vikinga, entre los Siglos III y V. Por Alvar Ordoño

Se han tratado y estudiado en innumerables ocasiones las incursiones normandas ocurridas en la península ibérica  entre los siglos IX y XI. Más exactamente y con una aproximación relativa entre los años 844 y el 1045. Iniciándose el proceso con el primer avistamiento documentado en las costas cantábricas en el año 844 frente a la ciudad de Gijón. Y terminando en el año 1045 con la batalla de las torres del Oeste en la localidad de Catoira (Galicia). Donde el obispo Cresconio derrotó a una flota de lordemanos que asolaban la zona, y entre los que se ha querido ver, sin pruebas de ello naturalmente, al temido Ulf el gallego. Aunque bien es cierto que la fecha del combate de Cresconio está sometida a debate y discursión (Eduardo MoralesHisptoria de los vikingos en España, CAP XIII, pag 209 – últimas incursiones ) nos sirve para establecer con un margen de error año arriba año abajo, una fecha inicial, y una final de lo que podríamos definir de una forma un tanto arbitraria como “la era vikinga hispanica”.

A lo largo de esos casi 300 años, los normandos llegados desde diferentes puntos del norte de Europa, entre los que se encontrarían principalmente Inglaterra, Noruega, Dinamarca, Francia, e Irlanda. Asolarían con mayor o menor intensidad una franja costera que iría desde el norte cantábrico, hasta toda la costa Atlántico española (Galicia) y portuguesa. Incluyendo Andalucía y partes del Mediterráneo en las incursiones del siglo IX. Hay que tener en cuenta que ninguna incursión documentada posterior al siglo IX llegó a pasar el estrecho de Gibraltar, entre otras causas por la política preventiva de Abderraman tomada tras los devastadores ataques del año 858, Atribuidos tradicionalmente  a Hastings y Bjorn costado de hierro. Si bien aquí se establece un dato curioso que me parece interesante mencionar, la incorporación de mercenarios irlandeses a la flota Lordemana en ese año (presumiblemente solo documentados en esa fecha).

Para Steentrup el relato de una crónica irlandesa sobre los hijos de Ragnall, primogenito del rey de Lochlann, y las hazañas y aventuras de este contra los musulmanes, debe situarse inequívocamente en el contexto de la segunda invasión del siglo IX (José Carlos Sánchez PardoLos ataques vikingos y su influencia en la Galicia de los siglos IX – XI – Anuario Brigantino 2010 nº 33, Pag 64 – 3.2. Segunda incursión vikinga a Galicia). Parece razonable pensar que la única forma que los irlandeses de aquellos años tuvieron de enfrentarse con musulmanes, fue en las costas de España, llegando como apoyo mercenario local de las colonias existentes de normandos Noruegos en el país.

No obstante no existe documentación exacta en ninguna crónica hispana que hable de irlandeses entre la flota y guerreros del siglo IX, mientras que por ejemplo sí existen referencias de franceses. Queda por tanto dentro de las hipótesis y de los misterios relacionados con las miles de lagunas que ofrece la historia. Exactamente igual que la teoría al respecto de Anton Erkoreka, para quien la llegada de irlandeses pudo no estar relacionada con la llegada de Hastings y Bjorn, sino con una incursión llegada desde Dublín contemporánea a la de los dos famosos caudillos, que el escritor  vasco relaciona con el supuesto asentamiento de la ría de Mundaca, y con el secuestro del rey de Pamplona utilizando una vieja calzada romana, y no el río Ebro. Esta incursión estaría a mi modo de ver más relacionada con la leyenda y la mitología que con la realidad. Pues incorpora además sucesos y episodios propios de las leyendas y las dinastías legendarias vascas, relacionando a los dos caudillos vikingos llegados desde Irlanda, y que Erkoreca atribuye los nombres de Olaf el blanco e Ivar el Culebro con Jaun Zuria, mítico primer señor de Vizcaya que vence a las tropas asturianas (Anton Erkoreka – Los vikingos en la península ibérica. CAP – Los vikingos en Vasconia, pag 21, De nuevo en la ría de Mundaca (844m 858-861).

Pero dejemos de lado este tema y centrémonos en los ataques anteriores a la era vikinga. Aun cuando relacionados con las poblaciones proto vikingas y germánicas que años más tarde darían origen a los piratas del mar, lo cierto es que las incursiones llegadas desde el norte en años muy tempranos, no pueden ser llamadas vikingas, ni tratadas como tales. Ni tan siquiera aparecen en las crónicas romanas de la época con ese nombre o similar, entre otras cosas porque como puede suponerse aun estamos muy distantes en el tiempo de la era vikinga desde un punto de vista rigurosamente histórico.

La primera aproximación que tenemos documentada relacionada con incursiones marítimas por el litoral cantábrico, esta relacionada con los francos en plena era de las migraciones bárbaras. En el siglo III de nuestra era barcos procedentes de la zona norte de Europa, donde se establecían los francos, atacan en varias ocasiones todo el norte cantábrico. Aun cuando estas incursiones no tuvieron demasiado éxito quedándose tan solo en algunas rapiñas de aldeas, siendo todas ellas reprimidas con eficacia por el emperador Maximiliano Hercúleo.


Desde el siglo III hasta el V no se tienen información documentada de nuevos ataques marítimos. Es precisamente en ese siglo, en el V, con una Europa en pleno apogeo de las migraciones e invasiones germánicas, cuando el norte de España es atacado una vez más por mar. Este aspecto es poco conocido aun cuando tiene algunos episodios realmente interesantes de tratar.  La primera referencia con la que nos encontramos referida al tema procede de Hidacio. El historiador gallego de marcado carácter “anti suevo”, recoge en su Chronica,  un incidente relacionado con los vándalos. En el año 455 “unos vándalos de modo repentino. Desembarcaron con sus barcos en la localidad de Turonium en las costas de Gallaecia y capturaron familias de muchas gentes” / vandali navibus Turonium in litore Gallaeciae repente advecti familias capiunt plurimorum /. El problema con el que nos encontramos en este caso es señalar con exactitud de donde procedían esos vándalos, y cual era la localidad de Turonium. 

Los vándalos eran un pueblo germánico procedente de Escandinavia, que llegó a Hispania atravesando los pirineos en el año 409 junto a los alanos. Estaban divididos en dos grupos, Asdingos y Silingos, cada uno de ellos con su respectivo rey. Tras la derrota de los asdingos a manos de los federados visigodos del imperio liderados por Walia, se unieron con los silingos y comenzaron una aventura que les llevaría hasta la conquista de Africa en el 429. A simple vista vemos un error en las fechas que nos impide atribuir una invasión marítima procedente de Hispania a manos de los vándalos. Si en el 429 ochenta mil de ellos unidos con los alanos llegan a África, significa que en el 455 ya no estaban en la península, por tanto la lógica nos hace pensar que el ataque marítimo de los piratas vandálicos procedía del continente africano. 

Máxime cuando desarrollaron una importante flota que les llevó durante el 440 bajo reinado del rey Genserico, a saquear importantes puntos del Mediterráneo, entre los que se encontraban Sicilia, Cerdeña, Grecia y las islas Baleares. No obstante algunas hipótesis nuevas de historiadores renombrados ofrecen una segunda versión sobre el origen de la invasión marítima de Galicia a manos de los bárbaros durante el siglo V. Ch. Courtuis en les vandales ofrece la primera versión que señala a una invasión interna procedente de la propia Hispania y no de Africa. Para el historiador francés no se trataría de una flota procedente de Cartago, sino de vándalos residuales asentados en Hispania que no siguieron a sus compañeros hasta el continente africano. Plantea la dificultad, aun aceptando que fueran buenos navegantes, de que una flota vándala saliera de Cartago con el único objetivo de saquear Gallaecia. Una tierra que en aquellos años no tenía aun las grandes iglesias ni la importancia simbólica que llegaría a tener siglos después. 

Thompson por su parce acepta la hipótesis de Hidacio, aceptando que la incursión llegó desde Cartago. Por el contrario para Javier Arce, en su libro Bárbaros y romanos en Hispania  400 – 507. Se hace eco de Ch. Courtois, asimilando la idea de una incursión que correspondería a vándalos residuales que aprovecharon la expansión sueva hacia el sur de Hispania con objetivo la Baetica y Cartaginensis (año 441), y las malas relaciones existentes entre estos y la población nativa gallega, para asolar las costas. Sea como fuere nuevamente nos movemos en el terreno de las hipótesis, y con lo único que podemos contar fehacientemente es con el hecho de que los vándalos según recoge Hidacio, atacaron por mar las costas Atlanticas de Galicia sin ningún tipo de resistencia por parte del reino suevo. 


De tratarse de vándalos residuales, la operación carecería de interés geopolítico y estratégico. Simplemente habría que incluirla en las razzias de depredación de un grupo de gentes tras la derrota a manos de los visigodos, que intentaban sobrevivir adaptándose a la debacle de los nuevos tiempos, con independencia de la empresa iniciada por parte del mayor grupo de su gente en el norte de Africa. (Javier Arce – Barbaros y romanos en Hispania 400 – 507. CAP II, inseguridad y resistencia. 4. Piratas, pag 173 ).

Siguiendo en el siglo V y con el terror germánico que asoló Europa a modo de hordas de invasores, nos encontramos nuevamente con un texto de Hidacio referido a varios ataques de una tribu llamada Hérulos.
Los hérulos eran nuevamente una tribu germánica asentada en Escandinavia que inicia su expansión por el continente junto con otros pueblos como aliados, entre ellos los godos. En el siglo V tienen una relativa importancia en la historia de Roma por medio de su caudillo Odoacro. Anteriormente a esto, a principios del siglo V, sus barcos junto a los de Sajones y frisones, asolan buena parte de las costas del mar del norte y Canal de la Mancha. Es dentro de ese ambiente histórico cuando llegan a Hispania. Según Hidacio en el año 455 una serie de hombres de la tribu de los hérulos, desembarcaron con siete barcos en la costa del territorio de Lucus, los 400 hérulos armados a la ligera se vieron obligados a huir, muriendo solo dos de ellos en los combates contra los nativos. 

La razzia regresó por donde había venido saqueando las costas del Cantábrico y de Vardulia. En estas expediciones parece que tampoco tuvieron mucho éxito. Según Arce estos hérulos procedían de Dinamarca, y no tenían nada que ver con los que años atrás aliados de los godos habían saqueado el mar Negro. Hipotesis que sostiene Erkoreka, quien además los localiza en el noroeste de la península danesa.

Siete naves y 400 hombres, es decir, 57 hombres por nave. Con este número y armados a la ligera, como dice el historiador gallego, no es fácil asolar de forma contundente un gran territorio, aun cuando si lo pudieron hacer de forma cruel, como parece que detallan las crónicas (Javier Arce – Barbaros y romanos en Hispania 400 – 507. CAP II, inseguridad y resistencia. 4. Piratas, pag 173 ). 

Los incursores tuvieron que dejar los barcos en el litoral de la costa cantábrica iniciando una expedición de reconocimiento terrestre. Fue ahí cuando tuvieron conflictos armados con la población local con fatídico resultado en diferentes episodios para los bárbaros. Tal fue lo nefasto del asunto, o la resistencia hispánica, según se mire. Que los temidos hérulos de Jutlandia, Dinamarca, estos si primos lejanos de los posteriores vikingos, se vieron obligados a dejar los barcos en las costas y regresar a sus hogares cruzando los pirineos por la Tarraconensis, posiblemente por la zona central, ya que al parecer no encontraron fuerte presencia romana defendiendo los pasos.

Sorprende que una expedición de saqueo de tierras extranjeras fuera tan desastrosa, con situaciones semi cómicas como la vivida en Galicia, donde perdieron tan solo dos hombres y solo pensaban en huir. Mal armados,  no muy numerosos, en una actitud casi defensiva, coincidiremos todos en señalar que cuanto menos era una razzia de saqueo curiosa... El porqué de esta situación se comprendería años después. En el 459 nuevamente Hidacio recoge una invasión de piratas hérulos, esta vez se dirigían a la Baetica. Saquearon las costas cantábricas y atlánticas (documentado el conventus Lucense) con una crueldad inusitada (Hydacio 189). Dice textualmente “ad Baeticam pertendentes”, es decir, supuestamente la expedición germánica si llegó a la Baetica. Y a juzgar por el adjetivo calificativo de crudelissime usado por Hidacio, esta vez sí que fue salvaje, violenta y devastadora. Seguramente más numerosa que la predecesora. Es fácil asimilar cual fue el objetivo de la primera llegada 4 años atrás. No tenía como objetivo saquear las costas Hispanas, sino explorar. Fue una avanzadilla para tantear el terreno, conocer las costas, la resistencia, los lugares de interés y el camino a la Baetica, y puede que incluso consolidar pequeñas posiciones. Ya que presuponemos que en la primera mención que se hace de los hérulos en el 455, y aun cuando solo se los menciona en Galicia, el cantábrico y las vadulias, tuvieron que llegar por necesidad a la Baetica, mostrando el camino años después a un grupo mayor en número y armado para la ocasión. 

No opina igual Torres Rodriguez, quien supone que el desembarco del año 455 en la costa gallega fue un movimiento estratégico a cargo de un grupo de mercenarios del rey visigodo Teodorico II, que únicamente pretendía sembrar la alarma en la retaguardia del rey suevo Reckiario. Es posible que aquí se mezclen conflictos, y Torres se refiera mas acertadamente al misterioso y curioso incidente de los vándalos, pero no de los hérulos. 

A mi modo de ver la hipótesis exploradora es la más acertada, ya que como el propio Hidacio recoge. Era gente poco numerosa, mal armada, y que no buscaba la confrontación. El hecho de tener que escapar en las vardulias dejando los barcos en la costa para recorrer un largo camino de regreso andando atravesando los pirineos, es una prueba de ello. 
Con los ataques de Jutlandia (hérulos) del año 455, concluyen los episodios de las incursiones marítimas germánicas a las costas de Hispania. No quisiera dejar pasar la oportunidad de mencionar una teoría sobre la llegada de los suevos a Galicia. La recoge Erkoreka y la plantea Reynols. Según esta los suevos no atravesaron nunca el rio Rhin junto a vándalos y alanos. Jamás entraron a Hispania por los pirineos en el año 409. Llegarían por mar asentándose en las costas de la provincia de Gallaecia. Esta hipótesis no es muy acertada según yo lo veo, ya que carece de pruebas escritas que puedan dar tan solo una pequeña pista al respecto. 

Mucho tiempo después de la última invasión hérula, llegarían nuevamente piratas escandinavos, estos ya puramente vikingos. De ello hemos hablado en diferentes artículos. A lo largo de mediados del siglo IX, pueblos germánicos emparentados con los que llegarían en el siglo V. Hay referencias vagas, y misteriosas que tratan el tema de posibles llegadas nórdicas a Hispania antes de las fechas planteadas como oficiales, esto es 844. Algunas las relacionan incluso a mediados del siglo VIII, donde los nórdicos llegarían mas como mercenarios o comerciantes para tratar con las gentes del temprano reino de Asturias, que como razzias de saqueo armadas para la guerra.

Es difícil afirmarlo sin datos o pruebas escritas. Pero sin duda los pueblos del norte de Europa conocían al menos de referencia las costas hispanas. Habían estado llegando desde la tardo antigüedad, y aunque no fue un lugar caliente en sus incursiones, si que es posible que de forma puntual nunca se perdieran las conexiones entre el cantábrico y atlántico y las poblaciones norteñas que con el tiempo darían forma a la era vikinga.  Aun así en historia solo existe lo que se puede demostrar, y a día de hoy estamos muy lejos de poder demostrar absolutamente nada que vincule la llegada de lordemanos a las costas españolas antes de las fechas señaladas oficialmente. (844).


Alvar Ordoño 2017 - Recreador e investigador histórico de los grupos; BAIRA, REGNUM CASTELLAE, HISPANIA DE LOS VIKINGOS e HISPANIA GERMANORUM -

sábado, 19 de agosto de 2017

La Heerkömigtum. Realeza militar germana

El termino realeza militar, para los historiadores de la nueva doctrina, es identificable en su aspecto dirigente guerrero con la jefatura militar, correspondiente al dux de las fuentes latinas. Esta institución desarrolla un papel determinante ante la multitud de conjuntos populares que aparecen; son grupos que no se encuentran asentados definitivamente en un determinado territorio. Están constituidos por contingentes de hombres libres y no libres que obedecen las órdenes de su señor.

De alguna forma este dominus, dueño de su propio sequito – compuesto por hombres libres y no libres y su propio fundatus de campesinos -  de la misma condición social que sus hombres de armas – que trabajan sus tierras, pasó durante el proceso de migraciones de los siglos IV – V, a convertirse en dirigente militar, con grupos armaos heterogéneos, vinculados por el juramento de fidelidad a su misma suerte. En determinados casos, este señor dirigió no sólo a sus soldados, sino al conjunto de hombres armados de un determinado pueblo. Este proceso se iniciaba cuando un grupo de guerreros designaba a un dux con la intención de conseguir botín en una guerra, de manera que los hombres alistados se vinculaban a él por un juramento. En algunos casos, se producía también la búsqueda de unas nuevas tierras. Al ser un establecimiento duradero, se veían obligados a llevarse todas sus familias y bienes. La amalgama de gentes en movimiento iría aumentando, con los diferentes séquitos de voluntarios que se les irían añadiendo. Estos movimientos suponían un cambio notable en el proceso de organización política de estos pueblos. Al dirigente de esta agrupación étnica heterogénea e itinerante se le elegía rey. 

Los dirigentes de estas realezas de nuevo cuño legitimaban su posición cuando eran designados por la asamblea de guerreros y basaban su poder y su fuerza en la soberanía domestica. Al dirigente se le proporcionaría la posibilidad de formular una realeza militar. Esta se originaría por una serie de empresas militares afortunadas y de establecimientos territoriales, constituyendo un asentamiento (Landnahme). De esta manera del grupo de gentes que formaban parte del numeroso séquito se forjaría un nuevo pueblo o civitas, del cual el monarca militar (herrkoning) se constituiría en el rey del pueblo (Stammeskönig). 

Dentro del pueblo se diferenciará entre rex y dux, pero en el caso de la realeza de guerrera, se producirá una fusión de ambos poderes: era por tanto rex y dux. La vinculación que tenían los semilibres y no libres con el rey, y a la vez señor, era por obediencia ciega, aunque con el paso paulatino de los años consiguieron gozar de un mayor grado de libertad y formaron parte, como mercenarios, de los séquitos de los príncipes germanos, además adquirieron más dominio como hombres de servicio dentro de la soberanía doméstica. Dado el concepto de libertad que existió entre los germanos, y visto el poder de la soberanía doméstica sobre los no libres, no se puede aceptar el concepto de nobleza entre los germanos como defiende Dannenbauer basada en una categoría social por nacimiento, lo que supondría encontrase en un estrato social por encima del resto de los hombres libres, eliminando cualquier posibilidad de ascenso del resto de los guerreros, especialmente los carentes de libertad. Su planteamiento configura una sociedad estamental desvinculada entre si, mientras que el nuestro – siguiendo a Schlesinger y Wensus – mantiene una sociedad guerrera vertical, con gentes que ocuparán puestos relevantes tras sus éxitos militares, y no en cambio por nacimiento.

La apariciendo de la realeza tuvo un desarrollo distinto en cada una de las grandes familias de pueblos de los germanos. Mientras que entre los occidentales resultó numerosa debido a su reciente desarrollo en los procesos migratorios, entre los orientales se conservó la realeza primigenia con elementos de origen mitológico. El monarca era un personaje de estirpe regia con una serie de antepasados heroicos, los cuales se remontaban al origen del pueblo.


Javier PampliegaLos germanos en España –  CAP I - Elementos conceptuales. Etnogenesis, realeza militar y soberanía domestica en la época de las grandes migraciones. 

miércoles, 16 de agosto de 2017

Los alanos en las provincias Cartaginense y Lusitania (411 y 418)

Las tierras de mayor riqueza en el presunto acuerdo del 411 entre los pobladores germanios y los usurpadores geroncio y Máximo, jugaron un representativo papel para los alanos, quienes recibieron una serie de posesiones, asequibles para el funcionamiento de sus guarniciones de caballería en la Lusitania y cartaginense. En este sentido tendría cierta coherencia  suponer sus huestes guerreras en las zonas limítrofes colindantes de ambas provincias ( G-G KONING – Wandalische Grabfunde des 5. Und 6 Jhs- “ XXII, 1981, pag 355, supone que los alanos se encontraríanasentados fundamentalmente en la Lusitania y habrían penetrado muy poco en la cartaginense. Esto hace plausible que los siingos de la Betica derrotados y los alanos de la Lusitania se dirigiesen a conquistar Braga).

El ando director en estos momentos lo realizaría el pueblo hasdingo de Gunderico, quien se asentaría en una región de mucha riqueza mineral, además de su emplazamiento estratégico en el ramal viario que vinculaba a la Galia e Hispania. Esta situación no era del agrado del gobierno de Ravena, quien desoyendo las rogativas de los nuevos incursores decidió eliminarlos.

De este modo el patricio Constancio ordenó a los federados de Walia exterminar a los pueblos foráneos peninsulares. Por la zona litoral mediterránea los séquitos del Herrkoning visigodo exterminaron a los silingos en la Betica y tras ellos se enfrentaron a los guerreros alano-sarmatas.
La ubicación de estos últimos, justificada por el ejercito de caballería que dirigían a causa de su excelente condición de jinetes, les facilitaba los movimientos rápidos por las llanuras meseteñas y levantinas. Su cuartel general, a efectos estratégicos, situarse en torno a la futura capital visigoda de Toledo. En ese sentido, tendría más lógica la decisión de Walia de enfrentarse con los silingos, situados en plena vía hercúlea.

Javier PampliegaLos germanos en España – CAP -La soberanía domestica y realeza militar alana en Hispania. Un análisis histórico desde el 406 hasta su definitiva etnogenesis con los vándalos hasdingos de Gunderico en Hispania en el 418


lunes, 14 de agosto de 2017

Antecedentes al paso de los alanos en la península ibérica (406 – 409). Por Javier Pampliega

Evolución política de los alanos antes del 406

Este pueblo iranio y por tanto, carente de origen étnico germánico, asimiló entre el último tercio de siglo IV y las dos primeras décadas del V muchos elementos germánicos al estar vinculado directamente con múltiples pueblos durante todo el proceso migratorio por Europa.

La aculturación de diversos elementos étnicos, guerreros, institucionales y culturales fue en realidad cuando un grupo desgajado del antiguo Stamn iranio, consolidó su autonomía   y su realidad popular en Hispania unida a suevos, vándalos (hasdingos) y Silingos) y encabezado por su herrkoning Addax. Este conjunto popular, derrotado trágicamente  por los federados germánicos de Walia, desgajado de su poderosa monarquía militar, hizo entrega por parte  de los elementos aristocráticos supervivientes al núcleo popular germáico más poderoso en esos momentos en Hispania, que era la sippe hasdinga de Gunderedo, de las tradiciones populares y la institución de a monarquía militar, por medio del mecanismo de la etnogénesis que suponía engrosar el nuevo Stamn vándalo. Todo este proceso se produjo en realidad a causa de la intensa vandalización o germanización de la Heerkonigtum alana de Addax, y el estrecho contacto existente durante el periplo migratorio con los grupos germánicos-ósticos de Godegiselo y Gunderico.  Sin duda, se puede afirmar que el pueblo alano de Addax en el 418 se asemejaba más en su estructura sociopolítica a los vándalos hispanos que a sus antiguos predecesores del Mar de Azov o del Ponto Euxino.

Este conjunto popular iraní surgió del actual Turquestan en el siglo I d. C; fue uno de los pueblos que formaba parte de la comunidad sármata, emigrando desde la Sogdiana hacia la región ciscaucásica del Kubán. Formaba un pueblo poco coherente en su estructura étnica antes de la irrupción húnica, extendiéndose entre el caucaso y el Mar de Aral. Las menciones de las fuentes en el siglo III, es situarlos en las cercanías del Danubio, especialmente en la zona de la dacia. Desde allí sitiaron lugares estratégicos en el Mar de Azov, atacando durante el siglo III kas villas griegas de la región del Bósforo.

En el último tercio del siglo IV a causa de los ataques hunos, como tantos pueblos cercanos a la órbita del greutungo Ermanerio, los alanos se dividen en dos grupos. Los primeros, denominados como Masagetas, se establecieron en la zona meridional de su territorio que corresponde a la región norte caucásica y Kuban siendo víctimas de la oleada húnica; mientras que los segundos, mucho más numerosos y llamados tanaítas, atacados por el rey huno Balamber entre las regiones del Don y el Volga, atravesaron en sus correrías migratorias el territorio europeo, de este a oeste. Estos pobladores habían sido vecinos de los greutungos. Los alanos taínitas en el siglo III habían sometido a los antiguos pobladores del Don medio y a los escitas, y posteriormente se asociaron con los greutungos. De este modo resulta concruente la aparición de Safrax, cuyo nombre alano refuerza esta hipótesis, asociado a los contingentes alano hunicos del greutungo Vidimiro.
Sin duda , son interesantes los diferentes elementos étnicos hallados en las diversas excavaciones arqueológicas, encontrándose joyas de oro y plata que pertenecieron a mujeres pertenecientes a la aristocracia militar nómada alana.







Los alanos como buenos pueblos de las estepas euro asiáticas, destacaron por su uso del caballo. Excelentes jinetes catafractos utilizaban en algunos casos armaduras de escamas metálicas para sus corceles

Tras la muerte de Vidimiro, el conjunto greutungo fue asumido por el liderazgo de  dos reiks, Alateo y Safrax. Este último por asumir la dirección de la caballería alana, jugará un importante papel en el futuro histórico de esta mescolanza popular. Junto  a este grupo apareció un reiks tervingio, Fritigerto, quien consolidó su posición de intermediario con todos los integrantes populares y asimiló el caudillaje de este importante conglomerado popular que fue la base en la que se sustentó la nueva etnogenesis visigoda –(H. WOLFRAM, Histoire.. 1990, pags 178-179, presenta la caballería de Ataúlfo  ligada a la que dirigía Alateo, Safrax y Viderico en el 380, con grupos de jinetes alanos que antes del 401 se habrían disgregado). La importancia del arma de guerra de la caballería jugó una baza singular en la batalla de Adrianópolis. Sin duda, Safrax con sus guerreros quedó integrado en el conjunto popular greutungo que en el 380 se instaló en el norte de Italia, con permiso de Graciano.

Otro grupo alanico quedó integrado entre las fuerzas militares lideradas por Fritigerno y tras él por Alarico; y su presencia queda atestiguada en las batallas contra Estilicón en el norte de Italia. A este grupo se le sumaron nuevos contingentes militares formados principalmente por caballería que acompañaba al reiks Ataúlfo, en la que aparecían jinetes greutungos y húnicos. Posiblemente se agrupasen también alanos, integrados en el dominio popular greutungo, herederos de Safrax. En la Galia aconteció un hecho novedoso, puesto que hay constancia por las fuentes que el grupo visigodo de Ataúlfo estaba unido a un grupo de alanos dirigidos por Goar, quien se había desgajado del grupo migratorio vandálico-alano acaudillado por Respendial y Godegiselo en el 407. Este grupo de alanos que acompañaba al conjunto migratorio visigodo principal singularizó un hecho destacado tras el asedio de la ciudad aquitana de Baza entre el 413 -414, puesto que con su rey alano se desvincularon de sus compañeros visigodos y de acuerdo con las autoridades imperiales pasaron a formar parte de un grupo de federados asentados en Aquitania.

El grupo de alanos que es objeto de este estudio del cual procederá el contingente que penetró durante el 409 en Hispania, procede de los múltiples pueblos que se asentaron en tierras centroeuropeas tras el empuje húnico del 370 – 375. Muchos de estos grupúsculos iranios se relacionaron con vándalos asentados en las llanuras  panónicas del Tisza, y les obligaron a moverse en dirección NO, ya que comenzaron a remontar el Danubio y en el 392 se encontraban en la Panonia y con multitud de gentes procedentes de la Panonia-Norico Ripuario y Valeria, bordearon regiones alpinas. Fortalecidos con el importante contingente de la Sippe silinga, todo el heterogénero grupo popular se dirigía al bajo Meno a finales del 406, tras el proceso inicial de movimiento que realizó otra poderosa amalgama popular en el norte de Italia como era liderada por Radagaiso.


Algunos escritores romanos describen como los alanos tenían armaduras de metal que se asimilaban a las escamas de los peces.

Javier PampliegaLos germanos en España – CAP -La soberanía domestica y realeza militar alana en Hispania. Un análisis histórico desde el 406 hasta su definitiva etnogenesis con los vándalos hasdingos de Gunderico en Hispania en el 418.

domingo, 13 de agosto de 2017

Espada visigoda de Arrollo Molino - Leganes - Madrid siglos VI y VII

No es muy conocido, pero lo cierto es que la zona de Madrid y Alcala de Hénares, es muy importante a la hora de localizar restos de espadas y otros importantes restos arqueológicos visigodos. Madrid fue una zona que destacó por varios asentamientos, seguramente la mayoría pequeñas localidades de tipo cuarteles. La espada visigoda de Arroyo Molino en legales es una buena muestra. ¿Que tipología crees que le corresponde según la clasificación de Behmer?


Hebilla de bronce para cinturón visigodo del siglo VI - Necrópolis de Castiltierra


Wamba, el último gran monarca visigodo del siglo VII

Pese a rechazar inicialmente el nombramiento debido a su avanzada edad, Wamba fue forzado por la nobleza a aceptar el trono el 1 de septiembre del año 672 en la localidad de Gertici o Gérticos, después llamada Wamba en su honor (Valladolid), donde había muerto su antecesor Recesvinto.​ Por iniciativa propia, a fin de que su elección no fuera considerada una usurpación, exigió ser coronado en Toledo, donde fue ungido el 20 de septiembre por el obispo Quirico en la iglesia pretoriense de San Pedro y San Pablo.

Fue el último rey que dio esplendor a los visigodos. Con su muerte comenzó la decadencia. Su reinado no fue fácil, pues lo pasó casi enteramente sofocando las luchas internas de la nobleza contra la monarquía, los nobles entre sí, los católicos contra los arrianos y la población hispanorromana contra los visigodos. Además tuvo que sofocar una rebelión de los vascones y en el 672 hubo de enfrentarse a un nuevo y desconocido peligro: la invasión de norteafricanos o árabes, que intentaron pasar a la Península por Algeciras, intento que fue rechazado por visigodos e hispanorromanos.

En la región de Septimania en la Galia (al sureste de la actual Francia) en el año 673 tuvo lugar una revuelta de algunos nobles visigodos encabezada por Ilderico que se había proclamado rey. Wamba envió al duque Paulo para sofocarla, pero éste inició su propia rebelión en Narbona. Paulo reemplazó a Ilderico y se proclamó a su vez rey en Gerona. Ante la situación, Wamba, que se encontraba combatiendo a los vascones que invadían Cantabria, realiza una operación relámpago y los derrota. Acto seguido acudió al lugar de los hechos y tomó por las armas Tarragona, Barcelona y Narbona, dominando finalmente la sublevación y capturando a Paulo, que tuvo que desfilar por las calles de Toledo con una raspa de pescado en la cabeza. Estos sucesos dieron lugar a que Wamba reorganizara su ejército proclamando una ley que obligaba a los nobles y eclesiásticos (bajo pena de muerte, confiscación de bienes y exilio) a acudir con las tropas en caso de invasión o rebelión. Fue la llamada Ley militar, que suavizaría bastante su sucesor Ervigio.

Según la tradición, el rey Wamba, después de derrotar la rebelión de Narbona, trajo desde allí las reliquias del mártir san Antolín, príncipe visigodo ejecutado en Toulouse a fines del siglo V. Se depositaron en lo que después fue la cripta de San Antolín de la catedral de Palencia.
Wamba convocó asimismo el XI Concilio de Toledo del año 675, en el cual se dictaron medidas para corregir los abusos y vicios eclesiásticos.

Se cree que el metropolitano de Toledo, Julián II, intervino en la conjura que acabó con el poder del rey Wamba. El rey fue engañado y narcotizado y una vez en ese estado, le tonsuraron, le vistieron con hábito de monje y le obligaron a renunciar a la corona.

El rey Wamba se retiró al monasterio de Monjes Negros de San Vicente en Pampliega, Burgos, actualmente desaparecido, y allí murió en el año 688. Su cadáver recibió sepultura ante la puerta de la iglesia del monasterio de San Vicente, y allí permaneció sepultado hasta que, en el siglo XIII, Alfonso X el Sabio ordenó que sus restos mortales fueran trasladados a la iglesia de Santa Leocadia, ubicada junto al alcázar de Toledo, donde también habían sido trasladados los restos de su antecesor Recesvinto, y que no debe ser confundida con la otra iglesia de Santa Leocadia de Toledo.​ Durante la Guerra de la Independencia Española, los sepulcros donde descansaban los restos de ambos monarcas fueron profanados por las tropas francesas.


Egica sucede a Ervigio en la corte de Toledo

El rey Ervigio, con el fin de evitar represalias para con su familia, casó, en algún momento de su reinado,​ a su hija Cixilo con Égica; un magnate pariente de Wamba y que encabezaba un clan nobiliario hostil.​ En 687 Ervigio, sintiéndose mortalmente enfermo, proclamó a Égica como su sucesor el 14 de noviembre y el 15 recibió la penitencia, y desligó de su obediencia a los magnates para que fueran a acompañar al nuevo rey a Toledo.​ El 24 de noviembre fue ungido en la iglesia de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo en Toledo.​

El nuevo rey trató de debilitar la posición de su familia política para impedir que se presentaran como sus rivales.​ Pero además quería atraerse al sector de la nobleza que había sido combatido por Ervigio y para ello debía devolverles las propiedades que les había confiscado Ervigio y repartido a sus hijos.​ El 11 de mayo de 688 el rey inauguró el XV Concilio de Toledo para liberarse del juramento que había hecho a Ervigio de proteger a la familia real. El rey presentó a los obispos la disyuntiva entre el juramento prestado a Ervigio de proteger a la familia de Ervigio y el juramento que había tenido que hacer a Ervigio antes de ser rey relativo a prestar justicia al pueblo. Égica planteaba que ambos juramentos eran incompatibles, y esto suponía que Ervigio había condenado injustamente a personas y les había arrebatado bienes para otorgárselos a su propia familia, pero revertir tales injusticias suponía perjudicar a la familia de Ervigio, por ello planteaba ser liberado de alguno.​ Además les planteó revocar las medidas acordadas en el XIII Concilio de Toledo acerca de la protección de la familia de Ervigio.

En el XV Concilio Égica no tuvo el éxito esperado para perjudicar a la familia de su mujer, pues aunque los obispos juzgaron que el interés público estaba por encima del de una familia, esto no implicaba que la familia del rey precedente debía quedar desprotegida.​ Respecto de la revocación de la protección de la familia de Ervigio aprobada en el XIII Concilio, los obispos indicaron que tal protección no podía impedir que se hiciera justicia si hubiera culpabilidad en delitos.​ En relación con esto, la versión Rotense de la Crónica de Alfonso III indica que Égica, a instancias del antiguo rey Wamba, pariente suyo, repudió a su esposa Cixilo, sin embargo, esto habría significado que era adúltera, una acusación que se consideraba tan grave que no tiene sentido que en el XVII Concilio de Toledo de 694 se hiciera mención a la reina de una forma tan honrosa, con lo que tal afirmación debe ser considerado como una forma de vincular a su hijo Witiza con la familia Ervigio y así con el declive del reino.​

Égica esperó la muerte del metropolitano de Toledo, Julián II, para continuar perjudicando a la familia de Ervigio, y en el III Concilio provincial de la Tarraconense celebrado en Zaragoza en noviembre de 691, la viuda de Ervigio fue recluida en un convento, lo que revocaba parcialmente lo acordado en el XIII Concilio, en el que se prohibía a la reina viuda el casarse en segundas nupcias pero le garantizaba no ser obligada a ingresar en la vida monástica.​ De este modo el monarca reinante se aseguraba la estabilidad del poder al impedir el engrandecimiento de otra facción nobiliaria en caso que la reina viuda pudiera casarse de nuevo.​

Las medidas contra la familia de Ervigio le pudo acarrear el enfrentamiento con un sector poderoso de la nobleza y el clero. Fue en este contexto cuando Égica tuvo que enfrentarse a una conspiración para reemplazarle en el trono y asesinarle.14​ Se ha conservado una moneda a nombre de Suniefredo que muestra que los conspiradores tuvieron el control de Toledo durante un tiempo. En mayo de 693 el rey convocó el XVI Concilio de Toledo para sancionar las medidas contra el metropolitano de Toledo, Sisberto, —que habría ungido rey a Suniefredo en Toledo—, puesto que su destitución debía ser sancionada por un procedimiento canónico.​ Por las actas de los firmantes al Concilio se pone de manifiesto la renovación del personal palatino a raíz de la conspiración.​ Entre los conspiradores aparecieron parientes del rey Ervigio​ como la reina Liuvigoto, pero parece que esto fue una artimaña de Égica para liquidar a la familia de Ervigio;​ aunque por otro lado E. A. Thompson indica todo lo contrario, que la conspiración iba encaminada también contra la reina Liuvigoto.​


sábado, 12 de agosto de 2017

Hipótesis del dios de los godos Gaut y su relación sustitutiva con la deidad primitiva germána Tuistion

(..) Tacito situaba a los gutones también en las regiones del océano, en el norte, dentro de su obra. Siglos después, el historiador Procopio (la guerra de los vandalos, 3, 2-3) ampliaba las informaciones llamándolos gauten, considerándolos como originarios de la isla de Thule, en las regiones más septentrionales, y los emparentaba con el dios Gaut de la guerra, además de señalarlos como mismo origen que los vándalos, por su semejanza física de piel blanca, rubios cabellos, altos de estatura y tener la misma lengua y religión, aunque afirmaba que anteriormente se les llamaba saurómatas y géticos. (..)

Con estas palabras la autora Rosa Sanz Serrano en su libro: / Historia de los godos . Cap I EL ORIGEN DE LOS GODOS – Jordanes y la migración de los godos /, describe como existía un culto pagano entre los gutones originales antes del proceso de invasión del continente. En él rendían culto a una deidad de la guerra llamada Gaut. La misma autora señala que este culto  era procesado mientras la tribu o el grupo ético gauta vivía en Escandinavia. También se hace eco de la descripción de Procopio, quien en su guerra de los vándalos emparenta racialmente a los dos grupos, señalando que no solo se asemejan en cualidades físicas, sino también en religión. No creo que vándalos y godos adoraran a un dios con mismo nombre, pero si a un mismo concepto de Dios propio para todos los germanos.
Gaut no es otro que Wotan, el dios padre de la raza y de la guerra, del cual los godos se consideraban descendientes y por el que tomaron el nombre de Gautas o Getas. En el mismo artículo la escritora continua hablando de la religión de los godos basándose en un texto del romano Casiodoro narrado por el rey ostrogodo Teodorico el grande

(..) Los gauthigoths o descendientes del divino Gaut, que después estuvieron divididos en tres grupos según localización, los greutungos, tervingios y los gepitos. Salieron al mando de su rey Bering en tres barcos distintos y desembarcaron en Gothiscandia. (..)




No se sabe mucho más del dios al que menciona Rosa Serrano, pero parece evidente que se trata de una deidad principal del mundo godo en su etapa más arcaica, cuando aun vivían en su isla matriz del pueblo. Una deidad de la guerra emparentada con Marte. La gran duda surge al intentar buscar un paralelismo con dioses más próximos en el tiempo de la mitología germánica. ¿Fue por tanto Gaut una representación del dios padre del pueblo Wotan / Odin? O por el contrario se trata de una forma diferente bajo nombre distinto del dios descrito por Tacito y que comúnmente se vincula con Tyr, el dios Tuiston.

A mi modo de ver creo evidente que Gaut es Wotan. Es un dios de la guerra vinculado al carácter solar protector. Padre de la raza de los gautas, origen de su estirpe. Claramente es un dios con atributos solares como el dios Wotan. Y que en una parte de su faceta fundamental en aquellos tiempos, representa la victoria o el heroísmo de la batalla más que el salvajismo (de ahí su diferencia con el Ares griego). Por tanto es un dios que abraza a sus hijos muertos en combate con la recompensa de los caídos en la lucha. Nuevamente aquí vemos una característica protectora, ya que Gaut / Gautan recoge y aloja a sus hijos caídos en combate en la otra vida (les protege), donde estos se reúnen con el padre celestial solar origen de toda su sippes / estirpe /.

No obstante se sabe que los germanos al otro lado del rio Rhin, y según recoge el escritor Tacito. Adoraban a una deidad padre de todos ellos al que se conocía con el nombre de Tuiston. Siempre se ha querido ver o emparentar a Tuiston con el dios escandinavo Tyr, y se ha comentado que Tyr fue el primer dios de los germanos desplazado con el tiempo por las diferentes versiones de Wotan / Odin. Entremos a detallar este suceso con detalle lanzando una hipótesis, ya que la relación y el por qué en un momento determinado un dios o concepto de dios sustituye al otro sigue siendo un misterio.

Para empezar y aunque esto no guste demasiado, creo que habría que detallar y comprender que el concepto de Germano puede ser ambiguo y no tan “puro” en un aspecto cultural como se ha pretendido hasta el momento. Los escritores latinos incluyeron dentro de este grupo a una serie de pueblos que habitaban una gran extensión de terreno, los cuales tenían contacto con espacios muy diferentes y con otros grupos étnicos muy distintos entre sí. Así pues y aun cuando compartieran similitudes físicas entre ellos, al igual que lengua. No era lo mismo un Godo de Escandinavia que un Cimbrio del continente. A día de hoy es sabido que gran parte de los germanos asentados en lo que es zona fronteriza de la actual Alemania, compartieron línea directa en las primeras fases de las edades del hierro con pueblos de carácter céltico. Dentro de los ya mencionados Cimbrios de Jutlandia (Dinamarca) había elementos propios de los galos, así como jefes y caudillos galos que establecieron alianza. Algo que también pasó con los eburones de Ambiorix (Belgica), de quienes aun a día de hoy se duda si fueron germanos o celtas, estableciendo un término nuevo y quizás más apropiado llamado celto-germanos. Si atrasáramos la línea hasta los finales del bronce y primeras edades del hierro (Hallstatt) seguramente nos encontraríamos con que gran parte de las poblaciones celtas y germanas en centro Europa eran muy semejantes y casi indiferenciables. Fue en esa época donde comenzaron a crearse las deidades padres arquetípicas populares en las dos edades del hierro, y que se remontaban a los propios orígenes de los pueblos indoeuropeos. ¿Ahí nació Tuistion?.. a mi modo de ver si. Quizás no tanto el concepto, como si el nombre.



Uno de los dioses más primitivos de la edad del hierro, seguramente ya presente en el bronce, es el dios pan céltico Teutates. En Junio del año 2011 escribí un artículo para el magazine onine Fundación Rueda solar, en el que intentaba relacionar tres deidades primitivas del mundo proto-germánico o celto-germánico; Tuiston, Tyz y Teutates. En ese escrito establecía una conexión relativa entre las tres deidades predecesoras del culto a Odin / Wotan entre los germanos.
Teutates era un dios céltico al que en España se relaciona con algunas deidades como Telenvs. Un díos de la guerra y de las juicios, padre y protector del pueblo. La propia composición del nombre nos da un indicio de su equivalencia mitológica. Teut –Tat –Es significa dios padre y señor. Pero la equivalencia es mas evidente cuando comparamos al dios Tiwaz o Tyr con al viejo dios celto-germano. Tyr es una deidad de la guerra y los juicios justos en la Escandinavia medieval. Siempre se ha pretendido relacional al dios Tyr / Tiwaz con una versión primitiva como dios padre de los germanos antes que Odin.

Sorprende pues que una de las cualidades de Teutates además de dios de la guerra y padre del pueblo como concepto racial o ético, sea el de legislador de leyes y juicios justos, característica que al menos comparte con el viejo dios sin una mano de la mitología escandinava.
El origen primitivo y anterior a la existencia cultural de celtas y germanos, es decir, a las dos edades del hierro de Teutates, queda reflejado en la península ibérica en la cultura del bronce de las Cogotas de la meseta central. Aquí encontramos una deidad poco conocida y casi ignorada llamada Teut. Se relaciona a este dios con cualidades como padre de las gentes y dios de la guerra. La conexión lingüística entre Teut y Teutates son evidentes demostrando en parte que la deidad es anterior a los pueblos del hierro y hay que remontarla a la edad del bronce. Por tanto estaríamos como ya hemos señalado, ante un culto anterior a la existencia cultural de celtas y germanos. O mejor dicho, cuando celtas y germanos aun eran pueblos no muy definidos que habitaban un mismo territorio /proto-celtas y proto-germanos/. Fue entonces cuando Tuistion fue Teutates, y Teutates fue Tuistion; Teu-tat-es, dios padre y señor del pueblo.

Según esta hipótesis estaríamos ante una deidad proto germánica que permaneció vigente entre los germanos que mantuvieron contacto directo durante siglos con las poblaciones celtas entre las dos edades del hierro. No así entre los germanos que permanecieron en el área escandinava. Allí, al menos hasta donde yo sé, no hay evidencias del culto a Teutates. De ese área del mundo, de esa zona fría de Europa, de la hiperbórea más alejada del mundo civilizado, llegaron nuevos dioses con las migraciones de vándalos, longobardos, godos etc.
Es ahí donde a mi modo de ver se estableció una ruptura religiosa y simbólica entre el mundo arcano germano representado por el dios de la edad del bronce, Tyr, Tiwaz, Tuiston, Teutates y la llegada del dios padre de la guerra Odin, Wotan, Wodem o Gaut. No obstante no quiero que se me mal interprete pensando que con esto quiero hacer evidente el desconocimiento del dios Tyr entre los godos, nada más lejos de la realidad. Hay escritores e investigadores que así lo afirman, incluso describen rituales a este dios. Pero lo que resulta evidente es que fue desplazado por el dios padre Gaut del cual ellos, los getas, los gautas, los godos, se consideraban hijos directos y al que pretendían como padre del linaje de su estirpe.

Las equivalencias simbólicas entre los dos dioses son semejantes, ambos representan a dioses padres del pueblo a la par que dioses de la guerra. Pero son identidades más modernas a los nuevos tiempos que vendrían, y estas ya sí, puramente nórdicas, germánicas, sin contaminación al menos evidente por el mundo proto céltico de la edad del bronce. Y es que como ya hemos dicho, Gaut / Gautan no era un dios común a todos los pueblos no. Era un nuevo concepto de dios del cual los godos, y solo los godos eran descendientes directos por línea de sangre. Gaut era el padre del pueblo, el primogenito de su raza, el dios vinculado a su clan por parentesco. Una deidad que hacía a los godos hijos de los dioses en la tierra. Tradición esta común a otros pueblos, pero que recobraba un nuevo concepto en el mundo mitológico, y era el Dios étnico. Un dios ajeno a los pueblos dominados o alejados de la tribu. Una deidad creada y conocida solo por la comunidad, con tradiciones solo de la comunidad y ajena en cualquier caso a foráneos. El dios Gautan era un dios de los godos, no de los vándalos, tampoco de los celtas, ni de aquellos que no tenían sangre goda. Era un dios de la tribu que con el paso del tiempo fue quedando olvidado frente a la llegada de nuevas tradiciones y costumbres introducidas en Europa por la civilización y los imperios, que siempre han supuesto el fin del mundo pagano y de la tribu. Y es que como ya escribió el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, en los sitios donde aun hay pueblos (tribus) no entienden qué es eso del Estado. Es ecir, donde aun sobreviven las tribus no entienden que es la nacion o estado. Ya que el parentesco cultural, tradicional o étnico es el único lazo de "nación".

Alvar Ordoño 2017 - Recreador e investigador histórico de los grupos; BAIRA, REGNUM CASTELLAE, HISPANIA DE LOS VIKINGOS e HISPANIA GERMANORUM -

viernes, 11 de agosto de 2017

Guthones o Gothones: los godos

Según la historia natural de Plinio el viejo, Piteas dice que un pueblo con el nombre de Gothones vivía el Germania. Parece ser, según las fuentes antiguas, que dicho nombre viene de la simplificación de dos variantes encontradas en manuscritos, de los nombres Guttinibus y Guonibus, lo que daría como resultado Gutones. Tacito menciona dos veces su nombre en la Germania, quedando godos como el resultado final

Ricardo Cagigal - La España visigoda


Las culturas del hierro "godas" y sus fases migratorias desde Escandinavia hasta Ucrania / Rumania

Así fue la expansión de los godos desde sus orígenes en el sur de Suecia, hasta su llegada a Hispania. En el mapa mostrado abajo del articulo, se ven claramente las diferentes etapas culturales que desarrollaron como "godos" tras dejan escandinavia y asentarse en el continente: la cultura de Wielbark y la cultura de Chernajov.

La cultura de Wielbark se ha atribuido tradicionalmente al mundo godo en su etapa de la edad del hierro donde establecieron sus asentamientos en la zona de Polonia, Pomerania etc. Si bien es cierto que actualmente no se quiere caer en el error de atribuir un periodo cultural a una raza concreta, o pueblo étnico concreto, lo cierto es que muy posiblemente y sin negar el aporte puntual de otras poblaciones, este periodo estuvo compuesto por diferentes tribus entre las que se encontraban los godos como núcleo mas importante y cabeza al frente o visible. 
La gente de la cultura de Wielbark utilizó tanto las técnicas de inhumación y cremación para enterrar a sus muertos. Si uno o el otro se utilizó varía de un sitio a otro y se cree que ha dependido de las tradiciones familiares.
Una característica de esta cultura, que tenía en común con el sur de Escandinavia, fue la elevación de montículos cubiertos de piedra, círculos de piedra, estelas solitarias y variaciones de revestimiento de adoquines.

No se encuentran armas ni herramientas en las tumbas de cultura de Wielbark, a diferencia de la cultura de Przeworsk, por la que era típico dar a los muertos esos regalos. En su lugar, los artefactos encontrados son en su mayoría adornos y trajes, aunque algunas tumbas han mostrado espuelas, estos son los únicos atributos de guerrero encontrados.
Los cementerios pueden dar alguna indicación en cuanto a qué asentamientos podrían haber sido establecidos directamente por los godos. Cementerios de túmulos en el mar Báltico en la actual Polonia, surgieron círculos de piedras, y estelas solitarias junto a ellos, reflejan las costumbres de entierro escandinavas con una concentración en Gotland y Götaland. Apareciendo en el I siglo posterior, este tipo se encuentra entre el Vístula y los cordones de Kashubia y Krajenski alcanzando la región de Koszalin.

Como en otros muchos casos en el mundo arqueológico, el termino con el que se nombra o designa una etapa cultural esta vinculado a la aldea, montaña o región donde se localiza por primera vez. En esta ocasión no es menos y la cultura de Wielbark debe su nombre a la aldea donde se encontraron mas de 3.000 tumbas atribuidas al mundo de los godos y gepitos. Aún así es posible que estos dos pueblos vinculados en sangre compartieran terreno incluso concepto cultural con otras poblaciones también germano - nórdicas como los rugios procedentes de Noruega.

Tumba circular de piedras en el norte de Polonia (Kashubia) atribuida tradicionalmente a un enterramiento de los primeros años del pueblo godo (siglo I después de Cristo)

La cultura de Cherjahov aparece en el siglo III después de cristo como continuación de la cultura de Wielbark. Nuevamente recibe su nombre por la población donde se sitúa su núcleo cultural mas importante, en este caso en las cercanías de Kiev, la actual Ucrania. 

En realidad el proceso cultural del hierro de Cherjahov no es ni mas ni menos que una evolución propia del viaje de los godos y sus asentamientos en diferentes zonas donde absorben diferentes conceptos culturales. Por tanto Cherjahov es un "segundo nivel" posterior a Wielbark. Los pueblos bárbaros asentados en ese área de las actuales naciones de: Ucrania, con extensiones al área de Transilvania rumana y la Moldavia rusa, crearon una confederación de pueblos liderados por los godos con la pretensión de enfrentarse a Roma. Esta confederación de bárbaros estaba liderada por Hermanarico como protectorado de sus gentes desde el Báltico hasta el Volga y el Don.

Junto a la cultura de Cherjahov nace otra muy simbólica e importante en el mundo gótico, Sintana de Mures (Rumanía). Se ha debatido mucho acerca de la diferencia o no de los dos procesos culturales. A día de hoy se aboga que fueron complementarios y contemporáneos. Es decir, tanto uno como el otro fueron evoluciones culturales propias en zonas diferentes vinculadas al mundo godo procedente de la cultura de Wielbark, pero con aportes de otras poblaciones. Así pues si Cherjahov es mas "típicamente germánica" por definirlo de alguna forma coloquial, Sintana de Mures no. En él último caso se entre mezclan componentes puramente germano - nórdicos del mundo Wielbark y Przeworsk que incorporan elementos iranio escitas, tracios, proto eslavos.

El final de esta etapa cultural liderada por los godos, pero que como hemos comprobado no solo afecto a los godos, llegó con la entrada en el mundo de los hunos a finales del siglo IV. En el 375 son derrotados los ostrogodos y los visigodos que quedan se dividen en dos facciones. La mayoría de ellos pasan al mando de Fritigerto como federados del imperio romano, mientras que un pequeño y reducido grupo al mando de Atanarico permanecen fieles a sus tradiciones y mundo en los Carpatos.
En ese momento los elementos propios y focalizados como parte de la cultura de Cherjahov y Sintana de Mures se deslocalizan, apareciendo distribuidos por un área mucho mas extensa. Posiblemente por la migración de los godos y la focalización de pequeños mundos con origen en la vieja zona coloreada como naranja del mapa mostrado abajo.

Alvar Ordoño 2017 - Recreador e investigador histórico de los grupos; BAIRA, REGNUM CASTELLAE, HISPANIA DE LOS VIKINGOS e HISPANIA GERMANORUM -

Mapa del viaje Suevo desde su lugar de origen hasta la creación del reino suevo en España

Como puede apreciarse con total claridad, la extensión del reino suevo en sus orígenes fue mucho mas amplia que Gallaecia. Con el tiempo este pueblo se vio relegado solo a la provincia romana, ejerciendo solamente un control étnico real cerca del entorno de Braga. De no haber sido frenados por los romanos y por sus federados los visigodos, es posible que hoy gran parte de la península fuera sueva, o parte del reino suevo de aquellos años, eso si, con el permiso de los vándalos. La segunda fuerza ética y militar mas importante de aquellos tiempos en Iberia, y quienes tenían planeado un ataque contra Gallaecia para anexionarse el reino antes de ser derrotados y obligados a marcharse a África. 


martes, 8 de agosto de 2017

¿Llegaron los suevos por mar y no por tierra?

(..) La mayoría de los investigadores han sostenido tradicionalmente que los suevos llegaron hasta la península ibérica por tierra y que suevos y vándalos asdingos se instalaron en Gallaecia, enfrentándose entre ellos en la región montañosa de León y Asturias en el año 419, lo que obligó a los vándalos a abandonar Gallaecia y dirigirse a la Baetica.
Reynols discrepa de esta opinión, negando la presencia de suevos entre los pueblos que atravesaron en Rhin el 31 de diciembre del 405. Para este autor los suevos llegaron al noroeste de la península ibérica en una migración marítima comparable a la que llevó a anglos y sajones a las islas británicas. Llegados por mar o por tierra, lo cierto es que el reino suevo tuvo relación con el mar hasta que duró su reino, conquistado por el rey godo Leovigildo en el año 585 (..)

Anton Erkoreka - Previkingos y vikingos asolando la costa vasca entre los siglos V y X


Pequeña cronología de mediados del siglo V

Una pequeña cronología de los sucesos mas importantes a mediados del siglo V. Con los suevos ya asentados en la zona de Gallaecia, y los vándalos aun planteándose si apoderarse de toda Hispania, incluyendo el reino suevo. Finalmente no sucedió ya que los romanos llegados desde la actual Cataluña, impidieron la depredación vándala de la zona norte de Hispania provocando su expansión. Aún así con anterioridad a ello protagonizaron interesantes asedios y saqueos de las costas por medio de barcos. Algo que salvando las distancias, recuerda muchísimo a lo que siglos mas tarde realizarían sus hermanos de sangre nordica los vikingos.

429 - El suevo Hemerigario se enfrenta a Geiserico el vándalo en la Baetica

458 - Sevilla permanece en manos suevas desde el 441 al 448 cuando las tropas godas al mando de Gyrila conquistan la Baetica

445 - Los vandalos llegan por mar a Turonio y consiguieron muchos cautivos


Estructura de fibula visigoda

Ejemplo de una estructura de fibula para capa visigoda del museo regional de Segovia (castilla). Un museo muy escondido y poco conocído, pero altamente recomendable para visitar por su extensa muestra de tipologías de fibulas godas sacadas de diferentes lugares míticos para la arqueología goda hispánica como Castiltierra


Espata sueva de Blucina

Réplica de la espada con empuñadura de oro de Blucina (República Checa), obra de Patrick Bartha. El original formaba parte del ajuar de la tumba de un príncipe germánico ¿Hérulo o Suevo? que fue enterrado en el tercer cuarto del siglo V d.C. en un túmulo en Blucina, cerca de Brno, junto con un scramasax, un arco compuesto, una fusta y una silla de montar. Buena parte del ajuar estaba recubierto de oro, plata y granates en orfebrería polícroma tabicada

Espatha vandala de la Beja

(..) La espatha de Beja y otros elementos de ajuar a ella asociados, supuestamente hallados en Beja. Todos ellos con paralelos directos en los materiales caracteristicos de la cuenca media del Danubio y, en el caso de los collares de Bairal y de Albaicín* (Granada) relacionados con el horizonte conocido como “ Untersibenbrunnen” típicas de la primera mitad del siglo V (Lopez Quiroga, 2000,119-128)

Jorge López Quiroga


Influencia romana en los vandalos hasdingos

Es conocido el caso de la estirpe hasdinga de los vándalos que habían servido en el ejercito romano formando parte de lo que se conoce como el ala octava vandalorum, según nos refiere la Notitia Dignitatum (ND Or., 28.25). Tanto en uno como en otro caso estos individuos, además de elementos de vestimenta típicamente romana, portarían igualmente una parafernalia germánica. Sabemos, además, que muchos de estos bárbaros enrolados en el ejército romano y que fueron activos en la Galia y en Hispania procedían de la cuenca media del Danubio, y que son, en este sentido, portadores de lo que se ha denominado, con gran acierto en nuestra opinión, como “moda danubiana” (Kazanski 1989, 59,73; 1997, 286-287).

Sabemos por ejemplo, que entre el 332 y 337, un número indeterminado de Vándalos de estirpe hasdinga derrotados por Genserico penetraron en las dos Panonias para servir como auxiliares de las tropas de Constantino ( Javer Pampliega 1998, 202 – Los germanos en España )-.
Estos mismos grupos de vándalos habrían entrado allí en contacto con grupos de marcomanos y cuados (integrados en el conjunto popular suevo que llegó a Hispania) en el siglo IV. Mostrando los restos arqueológicos de estos conjuntos de gentes muy “vandalizados”, una profunda aristocratización visible en sus ricas tumbas principescas.

La presencia germánica en Hispania en el siglo V – Jorge López Quiroga